Existe una guerra en internet desde hace años y aunque no lo creáis es totalmente cierto. Seguramente los más duchos en la escena internetil conoceréis los famosos bloqueadores de anuncios o Adblockers como la forma más común de librarse de la publicidad de las páginas web que visitamos día a día.
Para los no conocedores de las bondades de estos agentes, una de sus variantes más utilizadas y más conocidas es la de extensión para tu navegador preferido, aunque actualmente la proliferación de los mismos se está dando en forma de aplicación móvil. Esta extensión o aplicación como añadido a la funcionalidad del navegador, bloquea con más o menos éxito todos aquellos banners, popups o incluso los contadores de compartir en redes sociales que nos vamos encontrando durante nuestra travesía por la red.
La existencia de los bloqueadores de anuncios no es nueva ni nada parecido. Existen desde hace ya muchos años pero la utilización de estas herramientas se daba entre los más geeks de la red y estaba poco extendido entre los usuarios más básicos. Ha sido durante el último año cuando la popularidad de estos bloqueadores ha aumentado considerablemente (en los EEUU, según un estudio encargado por Adobea la organización PageFair su crecimiento ha sido de un 48%).
¿Por qué se ha dado este aumento en la utilización de Adblockers?
Hay varias razones que pueden explicar este crecimiento de utilización de bloqueadores de anuncios entre los usuarios. La principal razón es la intrusividad a la que ha llegado la publicidad en internet.
El remarketing, los popups y los banners de publicidad se han convertido en una auténtica pesadilla a la hora de navegar por internet y la imposibilidad de decidir la cantidad de publicidad que aparece en un sitio y la nula regulación de este sector por parte de ningún organismo deja a un usuario indefenso que obtiene gracias a estos bloqueadores, una forma sencilla de hacer más usable, más cómodo y más fluido un sitio web.
Otra de las razones es que la publicidad en internet aumenta considerablemente el consumo de datos en dispositivos móviles, el cual ya es bastante elevado a la hora de consumir contenido a través del navegador. Por último también cabe destacar que los usuarios se preocupan cada vez más de qué tipo de contenido reciben en sus dispositivos y el riesgo a resultar estafados en internet o la posibilidad (y la facilidad) de infección de un equipo a través de publicidad nociva, hace que quieran protegerse de algún modo de todos estos peligros inherentes.
Internet necesita la publicidad
Muchos estaréis a favor y otros en contra de la utilización de estos bloqueadores, pero una cosa debemos tener clara: uno de los motores de Internet es la publicidad.
Google (ahora Alphabet, pero para mí siempre será Google), según Wikipedia, es una compañía especializada en productos y servicios relacionados con Internet, software, dispositivos electrónicos y otras tecnologías. Pero no es nada de eso, es una empresa de publicidad. Volviendo a citar a Wikipedia, la publicidad es una forma de comunicación que intenta incrementar el consumo de un producto o servicio utilizando para ello la investigación, el análisis y el estudio de numerosas disciplinas, tales como la psicología, la sociología, la antropología, etc. Y eso es precisamente lo que hace Google. Utiliza una ingente cantidad de datos acerca de nosotros que han ido recogiendo durante toda su existencia para vendernos publicidad.
Y no sólo los de Mountain View, poco a poco, los demás jugadores han ido a parar a la venta de publicidad para poder rentabilizar sus servicios, como no podía ser de otro modo. Entonces, se nos presenta una disyuntiva: si Internet se mueve gracias a la publicidad y los usuarios están empezando a utilizar bloqueadores de anuncios, ¿que van a hacer las empresas para seguir ganando dinero gracias a ellos? Existe una guerra en internet entre los anunciantes y nosotros mismos.
Personalmente no utilizo ningún bloqueador de anuncios en mi uso habitual de internet ya que soy el primero en tener claro que la publicidad en internet es necesaria para la existencia de un negocio y teniendo en cuenta que mi punto de vista es el de una persona que se gana la vida gracias a internet, me planteo muy seriamente este tema. Debemos preguntarnos si de verdad estamos dispuestos a que los anunciantes sigan bombardeándonos intensivamente con publicidad cada vez más intrusiva y más molesta en la que, en muchos casos, el contenido pasa a un segundo plano.
Pero no sólo nosotros hemos dado el primer paso en este batalla. Los propios medios también están empezando a tomar medidas. Un ejemplo es el de The Telegraph, que ha empezado a no permitir la navegación a los usuarios que utilicen un bloqueador de anuncios al acceder a su sitio. Si les perjudica más que les beneficia no es un tema que debamos discutir aquí, pero desde luego es una forma de luchar contra los Adblockers que sienta un precedente.
Apple es otro de los recientes contendientes en esta batalla, pero se ha puesto del lado que yo consideraría más inesperado, el del usuario. En su reciente actualización a iOS9 introdujo la posibilidad de bloquear anuncios, lo cual ha ocasionado críticas en la industria. Técnicamente no se centrarán en eliminar la publicidad sino en acelerar la navegación en general bloqueando aquellos elementos que ralentizan la carga de los sitios web.
Helo aquí, ya llegó el adalid que todos esperábamos. Tal vez en esta ocasión no sea mentira lo que siempre dicen, que se preocupan de los usuarios.
Por el bien del usuario
¿Y cuál es la solución a todo este embolado?, diréis. Pues personalmente opino, que en esta batalla hay un contendiente que además, es el gran afectado. Si el usuario decide bloquear los anuncios, las empresas dejarán de ganar dinero y el contenido se empobrecerá o dejará de crearse. Si el usuario decide no bloquear los anuncios tendrá una experiencia nefasta que además hará que abandone la web tal como la conocemos para apoyarse en las aplicaciones. Pase lo que pase, el usuario es el que pierde. Y es algo que no tiene mucho sentido. Es el usuario el que nos da dinero, ¿por qué no lo cuidamos?.
La solución pasa por concienciarnos de que hay que realizar otro tipo de publicidad. Se acabó la publicidad agresiva que no te abandona durante toda tu navegación. Se acabó esa publicidad que no permite que veas ese contenido porque lleva consigo un centenar de popups que se abren en cuanto empiezas a interactuar con el navegador. Se acabó.
Hay que optar por soluciones elegantes, hay que optar por publicidad orientada y relevante al público al que va dirigido dicho contenido y que no suponga una excesiva carga adicional a la página web. Los desarrolladores pasamos horas intentando optimizar la web para que sea rápida, cómoda de navegar y que no se necesite un equipo o dispositivo móvil potente para poder moverlo, no lo arruinemos poniendo publicidad que eche por tierra todo nuestro trabajo. Hay que hacer publicidad que no reste al contenido sino que sume.